* Encuentra la receta en mi libro Superalimentos.
Desde que soy una niña muy chiquita amo la sopa. En mi casa, papá amaba el puchero, y mamá nos hacía una sopa deliciosa. ¿Te acuerdas de mi papá cuando hacía al Tío Josei y contaba que tomaba su caldito de pollo? También, aunque no sea lo más políticamente correcto para esta época, te cuento que me encantaba la sopa de pollo con las patas y pezuñas, esas que ahora busco por todas partes y no es tan fácil de conseguir para mi caldo de colágeno.
Te sugiero sentir cómo te hace de bien tomar esta pócima maravillosa. Sé que te encantaría incorporar el colágeno de manera más sencilla, pero según me vengo informando, en un máster de genética en la Universidad de Madrid, se hicieron estudios en los que descubrieron que el colágeno artificial no se asimila en el cuerpo. Por eso es que me tomo el trabajo de hacer mi caldo bien caserito. A partir de cierta edad, no puede faltar el colágeno en tu dieta, pero es excelente para todas las edades y todos los momentos. (Leer el informe en el link que figura más abajo).
Siempre tengo en mi congelador. Además de tomar una porción en mi almuerzo o cena, me encanta para hacer mis guisos o risottos. También le sumo una o dos cucharadas de levadura nutricional. Me aportan proteínas, vitaminas del grupo B, es un reconstituyente en general. La levadura nutricional no debe confundirse con la levadura de cerveza que se obtiene normalmente a partir del desecho de la fabricación industrial de la cerveza, se deshidrata a elevadas temperaturas y se aditiva con sabores. ¡No es lo mismo! Además, la levadura nutricional le da a tus comidas un sabor muy rico. Los veganos la suelen usar para reemplazar el queso rallado. Y también, como si esto fuera poco, te ayuda para ir la baño.
¡El caldo de huesos cura todo! ¡Y no sabes lo linda que se te pondrá la piel!
¿Qué es?
El caldo de huesos es un líquido delicioso y medicinal, conocido por ser cálido, relajante y nutritivo para el cuerpo, mente y alma.
Es una sopa de nutrientes, es un recurso económico, ya que se hace con huesos que se iban a tirar.
Un poco de historia
Desde la época de Hipócrates se ha relacionado el caldo de huesos con la curación del intestino.
En un pueblito suizo llamado Sils famoso por las recetas de cocina tradicional de las abuelas, lo llaman “caldo de enfermos” y se recomienda especialmente a las parturientas.
En el saber popular, el caldo de pollo es remedio para gripes y resfríos. Aunque hasta la fecha no se han realizado muchos estudios sobre el caldo de huesos que puedan demostrar cómo puede ayudar a curar una gripe o resfrío. Un estudio sí encontró que el caldo abría las vías respiratorias mucho más que el agua caliente.
Tiene
El caldo de huesos es fuente de calcio, magnesio y otros oligoelementos, gelatina, componentes de colágeno y cartílago, sulfato de condroitina, glucosamina y componentes de médula ósea. También tiene aminoácidos como la glicina, prolina, arginina que le otorgan efectos anti inflamatorios.
Todos estos nutrientes están presentes en una forma que pueden ser fácilmente absorbidos y utilizados por el cuerpo.
Virtudes
Reduce el dolor y la inflamación de las articulaciones. Promueve huesos fuertes y flexibles
Inhibe infecciones causadas por virus de la gripe y los resfríos. Promueve el crecimiento saludable del cabello y de las uñas. Cura y sella el epitelio intestinal.
