El agua es esencial para mantener una buena salud. Podemos sobrevivir varios meses sin comida, pero apenas unos pocos días sin agua. Es el elemento más importante para la vida después del oxígeno. Representamos alrededor del 70 % de agua. Nuestro cerebro es un 80 % de agua. Y somos eléctricos, por eso, cuando nuestras células no reciben suficiente agua, pierden conductividad. El agua regula la temperatura corporal. Es el principal componente de la sangre y permite que los nutrientes fluyan a nuestras células y los residuos salgan de ellas. Perdemos agua a través de la transpiración, la respiración, la orina; por eso, es muy importante reponerla todos los días.
No es tan sencillo lo que tengo para decirte: a salvo, lo que se dice a salvo, no estamos nunca. El agua del grifo:
Si bien es la más barata de todas, aunque la pagamos, y es también la más fácil de obtener, lamentablemente tiene muchas sustancias que nos hacen mal, desde arsénico y aluminio hasta cloro. Depende de dónde viva cada uno, el agua del grifo está más o menos contaminada.
El agua filtrada o purificada:
A medida que aprendo poco a poco todo lo que hay que hacer para estar mejor y más sana y evitar volver a tener cáncer, hace poco tiempo me compré un purificador de agua. Pasé años gastando fortunas en agua mineral baja en sodio. Litros por semana. Fortunas por mes. ¡Por año! Y resulta que el plástico (bisfenol A) de las botellas de agua envasada baja en sodio que tanto venía tomando para estar sana es cancerígeno. El agua embotellada en plástico absorbe los químicos de este. Sin contar que incalculables millones de botellas plásticas obstruyen los basurales cada año y, como el espacio es muy limitado, terminan tirando todo a nuestros mares o llevándolas a países subdesarrollados. No hay nada que ensucie más los océanos, ríos, calles y parques. Puedo seguir con la lista de inconvenientes que le traen al planeta las botellas plásticas, pero estoy segura de que ya los sabes porque nos informan por todos lados. O sea, que además de hacerte bien a ti, si te compras un purificador de agua le haces un bien al planeta. En un principio, el gasto es un poco grande, pero te aseguro que todos son pros. Cuando me enteré de lo que había que invertir en esto, puse el grito en el cielo. “¡Yo y mi vida sana!” Pero ahora estoy feliz porque no hay que cargar más botellas y me di cuenta de que es más económico y más saludable.
Lo que hay que saber:
► No hay que olvidarse de cambiar los filtros porque si no es inútil. Para que el filtro sea más eficaz, el agua tiene que fluir más lento aunque no tengamos paciencia para esperar que se llene la cacerola, por ejemplo. ¡Aprovecha, además de llenar la cacerola, estás haciendo tu Trabajo Personal cultivando la paciencia!
► El agua purificada no se conserva, así que hay que colocarla en botellas de vidrio en la nevera o usarla en el momento. Como esta agua no tiene tanto cloro, los bichos vuelven a crecer.
► El hielo hay que hacerlo con agua filtrada.
► Las frutas y verduras se lavan primero con agua del grifo sin filtrar para eliminar cualquier bicho y luego se hace un último lavado con agua filtrada. Las semillas y frutos secos se activan con agua filtrada. También se usa para hervir arroz, quinoa, lo que sea. ¡Ah! y para las infusiones también.
Si no purificas tu agua, la va a filtrar tu único y amado cuerpecito.