¡Chau a los lácteos!

Cuando decidí dejar de tomar el antiestrógeno, me planteé una pregunta crucial: ¿qué elementos diarios podrían contener estrógenos o alterarlos? Al no continuar con el tratamiento hormonal, necesitaba abordar el...

Actualizado en  
¡Chau a los lácteos!

Cuando decidí dejar de tomar el antiestrógeno, me planteé una pregunta crucial: ¿qué elementos diarios podrían contener estrógenos o alterarlos? Al no continuar con el tratamiento hormonal, necesitaba abordar el equilibrio hormonal de manera diferente. Además de trabajar en mi bienestar general, excluí las grasas animales y sus derivados. A medida que profundizaba en el tema, me convencía cada vez más de su seriedad. Un artículo que abrió mis ojos fue el de la profesora Jane Plant, una geoquímica inglesa que superó el cáncer de mama mediante un cambio dietético, especialmente eliminando los lácteos.

En su libro "Tu vida en tus manos," Plant revela cómo la incidencia de cáncer de mama en China rural era significativamente menor que en Occidente. Este descubrimiento llevó a Plant a cuestionar por qué las mujeres chinas tenían menos probabilidades de contraer cáncer de mama. La respuesta estaba en la dieta: los chinos no consumían productos lácteos.

La leche, causa de una de las alergias alimentarias más comunes, contiene lactosa, que más del 70% de la población mundial no puede digerir. Jane sugiere que esta intolerancia es la condición normal de los adultos, no una deficiencia. La relación entre los productos lácteos y el cáncer de mama se equipara a la relación entre el cigarrillo y el cáncer de pulmón, según Jane. Argumenta que los productos lácteos pueden ser un alimento excelente, ¡para terneros!

La leche, tanto humana como de vaca, contiene el IGF-1 (factor de crecimiento insulino símil), una hormona que puede aumentar el riesgo de cáncer. Estudios indican que niveles altos de IGF-1 están asociados con un mayor riesgo de cáncer de mama y próstata. Recientes mejoras en la producción de leche han aumentado los niveles de IGF-1 en las vacas.

La proteína más propensa a generar cáncer es la caseína, presente en más del 87% de las proteínas de la leche de vaca. Estudios indican que el cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades degenerativas pueden prevenirse adoptando una dieta basada en plantas. No solo los lácteos, sino también el exceso de proteínas animales, el azúcar y las emociones son factores que contribuyen a las enfermedades.

La leche animal puede sustituirse por leches vegetales, quesos y yogures vegetales. Cambiar a una dieta vegana es recomendado por expertos como el Dr. Kim A. Williams, presidente electo del Colegio Americano de Cardiología. Después del destete, ninguna especie animal sigue tomando leche porque no es necesario para su crecimiento ni desarrollo. Nosotros, como humanos, somos la única especie que lo hace, y esto es antinatural.

La Universidad de Harvard incluso eliminó la leche de la pirámide de alimentación saludable. Los lácteos aumentan la secreción de moco en el sistema respiratorio y digestivo. Además, acumulan tóxicos presentes en el entorno del animal. Las vacas, a menudo, sufren de mastitis y reciben antibióticos, todo lo cual llega a nuestra mesa.

Para el calcio en los huesos, es esencial tener suficiente vitamina D, que se absorbe con la exposición al sol y suplementos. El exceso de fósforo en los lácteos, el estrés y otros factores pueden impedir la absorción del calcio. Hacer ejercicio físico, mantener una dieta baja en sal y proteínas animales, y consumir alimentos ricos en calcio como semillas de sésamo y amapola, almendras, brócoli y cáscara de huevo, contribuyen a la salud ósea.

Este cambio en mi dieta no fue abrupto; lo hice gradualmente, informándome y acostumbrando mi paladar. Ahora, me siento satisfecha al darle a mi hija leche vegetal que preparo en casa. Reemplacé la manteca con aceite de coco o ghee clarificado. La variedad de opciones veganas en el mercado es extensa. Mi decisión no solo se basa en la salud sino también en respetar a los animales y cuidar el medio ambiente. ¿Y tú, estás lista/listo para reconsiderar tu relación con los lácteos?

Publicado en  Actualizado en