Preguntas Frecuentes

► ¿Puedo conservar el zumo en la nevera?

Lo ideal es que lo tomes en el momento para que esté en su punto óptimo de sabor, color y frescura. Pero si deseas preparar un poco más y guardar, también es posible. La duración en la nevera dependerá del tipo de extractor que utilices. Si tienes una centrífuga, es mejor consumir el zumo de inmediato. Como máximo, se conservará durante tres o cuatro horas en la nevera. Con una licuadora de masticación, puedes almacenarlo hasta 48 horas en la nevera. Y si dispones de un extractor de dos ejes de alta gama, podrás conservarlo hasta 72 horas refrigerado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la vitamina C se pierde aproximadamente a los 20 minutos de haber hecho el zumo, independientemente del tipo de extractor que utilices. Es importante saber que al guardar el zumo en la nevera, pueden cambiar sus cualidades organolépticas, es decir, las percepciones sensoriales como el color, el olor, el sabor y la textura. Tu zumo no estará tan fresco como recién hecho, pero aún así será mejor que nada. Si has preparado demasiado o estás apurado/a, puedes verter el zumo en un termo para mantenerlo frío y oscuro, y llevarlo contigo para tomarlo en el camino, en la oficina o donde sea que vayas a estar.

► ¿El zumo verde se puede congelar?

Sí, es posible, pero debes congelarlo inmediatamente después de prepararlo para que conserve la menor cantidad posible de nutrientes. Puedes congelarlo durante siete a diez días. Para evitar que la botella explote, debes dejar un espacio entre el zumo y el tapón, ya que el zumo se expande al congelarse. Es inevitable que pierda algunas propiedades. Es difícil calcular con precisión cuánto perderá y cuánto conservará. Sabemos que los minerales nunca se perderán; por ejemplo, el calcio, que es muy importante. Lo que se perderán son antioxidantes, omegas y vitaminas que se deterioran al entrar en contacto con el oxígeno y la luz.

Si debido a tu ritmo de vida no puedes prepararlo por la mañana, la ecuación costo-beneficio es esta: ¡es mejor congelarlo que no consumirlo!

► ¿Por qué es importante activar (remojar en agua) las semillas, legumbres, cereales y frutos secos?

Todos estos alimentos son semillas. Me sorprendí tanto como tú. Pero estamos acostumbrados a llamar frutos secos, legumbres, cereales y semillas a las semillas. ¡Aprendimos algo nuevo, ¿verdad? Esas son las maravillas de la biología! Estos alimentos tienen antinutrientes (inhibidores) en la cáscara que los recubre, que los mantienen en buen estado durante mucho tiempo. Es importante activarlos para que comiencen los procesos de germinación y así sus nutrientes estén más disponibles. Además, esta activación facilita su digestión. En "Joyas para tus elixires" te expliqué cómo activar cada una de las semillas. Antes de cocinar los cereales y las legumbres, es recomendable dejarlos en remojo durante unas doce horas para que liberen sus antinutrientes. Luego, cocínalos bien, no al dente. Lo ideal es usar un trocito de alga kombu, que mineraliza el agua y favorece la desintoxicación.

► ¿Cómo lavo los vegetales?

Una forma efectiva de lavar los vegetales es primero enjuagarlos con agua y luego dejarlos en remojo durante unos veinte minutos con un chorro de vinagre o limón. Esto se hace para eliminar insectos, bacterias y levaduras. Después, enjuagas con agua filtrada y ¡listo! Este método también ayuda a eliminar algunos de los residuos de pesticidas que pueden estar en la superficie de las frutas y verduras, aunque es importante tener en cuenta que esto no convierte automáticamente a los vegetales en orgánicos.

Si estás atravesando un proceso en el que tu sistema inmunológico está debilitado, como durante la quimioterapia, otra opción es sumergir las verduras en una olla con agua hirviendo durante unos veinte segundos para eliminar los microorganismos de la superficie. Es un método un poco más agresivo pero efectivo. Sin embargo, hay algunas frutas y verduras más delicadas que pueden dañarse con este proceso, así que es importante tener cuidado.

► ¿Qué puedo hacer con la pulpa que me sobra cuando hago los zumos?

Te comento que con la máquina que tengo ahora, la cantidad de pulpa sobrante es mínima, así que simplemente la desecho. Sin embargo, si usas una licuadora centrífuga o haces tus zumos con la licuadora y luego los cuelas con una bolsa de voile, es posible que te sobre más pulpa. Aquí te doy algunas ideas para que las explores, aunque debo ser honesta: no las he probado personalmente. Puedes utilizar la pulpa para hacer galletas o algún budín. Si separas la pulpa de la fruta de la de los vegetales, puedes usarla para hacer hamburguesas vegetales. Además, si tienes un jardín o una terraza con muchas macetas, una excelente opción es utilizar la pulpa para hacer compost y enriquecer la tierra. De esta manera, reciclamos y nos ocupamos, al menos en parte, de los residuos orgánicos que generamos.

► ¿Qué puedo hacer con el sobrante de los elixires blancos (el bagazo que te queda de los frutos secos o semillas)?

Trufas, galletitas, harina de frutos secos, panqueques, paté vegetal, muffins, etc. Son solo algunas de las muchas opciones que puedes preparar con la pulpa sobrante. No la desperdicies. Personalmente, utilizo la pulpa para hacer galletas para Male.

► ¿La espirulina es para todos?

No. Aquellas personas que padecen hipertiroidismo o tienen alergias deben abstenerse de consumirla. Si estás interesada en probar la espirulina para verificar si eres alérgica o no, puedes colocar una pequeña cantidad debajo de la lengua y observar cualquier reacción. Si notas enrojecimiento en las mejillas o picazón en la piel de las muñecas, por ejemplo, es probable que seas alérgica. Aquellos que están bajo tratamiento de quimioterapia y desean tomarla deben consultar si hay interacciones entre las drogas utilizadas y la espirulina. Recientemente, descubrí que tanto la espirulina como la levadura nutricional pueden afectar la medición de los niveles de vitamina B12 en los análisis de sangre. Por lo tanto, se recomienda suspender su consumo tres semanas antes de realizar dichos análisis. Si padeces hipotiroidismo, la espirulina no tiene interacciones con la levotiroxina. Según me explicó mi endocrinólogo, quien es experto en psiconeuroendocrinología, puedes tomar la levotiroxina y, diez minutos después, desayunar lo que desees.

► Si llevo una dieta vegana, ¿tengo que tomar suplementos?

La alimentación vegana es una opción filosófica de vida que respeto y respaldo. Sin embargo, según me ha explicado mi nutricionista, puede ser deficiente en vitamina B12 y ácidos grasos omega 3. Esto significa que no se satisfacen completamente las necesidades del organismo de estos nutrientes al consumir exclusivamente alimentos de origen vegetal. Es importante destacar que en mujeres embarazadas, así como en bebés y niños pequeños, la deficiencia de B12 es un asunto muy serio, ya que esta vitamina es crucial para el desarrollo del sistema nervioso central. No es un tema que deba tomarse a la ligera.

Lamentablemente, el omega 3 de origen vegetal no es tan efectivo como el proveniente del pescado, ya que carece de EPA y DHA. Estos compuestos son producidos por los peces después de consumir algas y son los elementos activos que nuestro cuerpo necesita. Si bien el aporte de hierro puede ser suficiente para aquellos que llevan una dieta equilibrada y consciente, en cuanto a la vitamina D, puede ser que algunos obtengan suficiente exposición al sol, pero muchos suelen carecer de ella. Personalmente, tomo suplementos de omega 3, B12 y vitamina D, y me hago análisis de sangre de forma regular bajo la supervisión de profesionales en los que confío. Te recomendaría que hicieras lo mismo.

► ¿Los bebés y los niños pueden tomar zumos verdes?

A partir de los seis meses, se sugiere comenzar a introducir alimentos en la dieta de los bebés que hasta entonces han estado exclusivamente alimentados con leche materna. Los pediatras aconsejan probar cada alimento por separado para observar cómo reacciona el bebé ante ellos. Por ejemplo, se puede empezar con la banana durante tres días seguidos y, si no causa alergias, gases ni diarrea, se puede proceder a introducir otro alimento durante los siguientes tres días. Una vez que se hayan probado dos o tres alimentos de esta manera y el bebé haya tolerado bien, se pueden utilizar estos alimentos probados para preparar un licuado o zumo para el niño.

Con respecto a los bebés, es recomendable comenzar con zumos y luego ir incorporando gradualmente alimentos con más fibra, como los bowls y los licuados. Algunos bebés pueden tener dificultades para evacuar, y para ellos, los licuados desde temprana edad pueden ser beneficiosos. Es importante que los niños se acostumbren al sabor natural de las frutas y verduras, sin agregar sal ni azúcar, para fomentar hábitos alimenticios saludables desde pequeños. Además, es fundamental que aprendan a consumir frutas y verduras enteras.

No se recomienda que los niños menores de ocho meses consuman espinacas, acelgas ni kale debido a los nitratos presentes en estas verduras, que pueden causar metahemoglobinemia en cantidades elevadas. Tampoco se aconseja dar miel a los niños menores de dos años debido al riesgo de botulismo, ni incluir gluten en su dieta hasta los ocho meses. Es importante recordar que la leche de vaca y sus derivados son alimentos altamente alergénicos, y se ha demostrado que los bebés que consumen leche materna exclusivamente pueden desarrollar alergias si la madre consume lácteos.

Con respecto a otras alergias alimentarias, la Sociedad Argentina de Pediatría indica que si un niño va a tener una reacción alérgica a ciertos alimentos, lo más probable es que ocurra en cualquier momento en el que entre en contacto con ese alimento, por lo que no se aplican restricciones generales adicionales. Sin embargo, ante cualquier duda o situación particular, es recomendable consultar a un profesional de confianza especializado en este tipo de alimentación.

Personalmente, no tenía este conocimiento cuando crié a mi hija Male. Le di leche de vaca después de los seis meses de lactancia, y le proporcioné algunos alimentos que hoy no le daría, aunque siempre traté de evitar que consumiera golosinas, gaseosas o comida chatarra. Hace cuatro años, decidí eliminar la leche de su dieta, y ella lo aceptó después de enterarse, a través de las blogueras que sigue, de los posibles efectos negativos en la piel y la aparición de granitos.

► ¿Las embarazadas pueden tomar estos elixires?

¡Claro que sí! Los zumos, batidos, cuencos, sopas y elixires blancos son excelentes formas de incorporar nutrientes poderosos en tu día a día para asegurar un óptimo crecimiento de tu bebé. Es fundamental garantizar una adecuada higiene de los vegetales para evitar la presencia de parásitos y bacterias. Además, es importante tener en cuenta que no se recomienda hacer ayunos a base de zumos durante el embarazo, ya que no es conveniente eliminar toxinas mientras se está gestando.

Si estás planeando quedarte embarazada, una buena idea es realizar un proceso de desintoxicación antes de la concepción para purificar tu organismo y proporcionarle a tu futuro bebé un ambiente limpio y saludable para su desarrollo.

► ¿Los elixires me hacen bajar de peso? ¿Me hacen engordar?

¿Cuántas calorías tienen? ¡Sé que este tema es muy importante para todas! Por supuesto, estos elixires pueden ser útiles para bajar de peso debido a su bajo contenido calórico. Aunque personalmente no me dedico a contar calorías, entiendo que puede ser relevante para ti. Considera la diferencia entre un desayuno compuesto por frutas, cereales y leche, o tostadas con queso, medialunas y dulce, o cualquier alimento procesado y carente de nutrientes, en comparación con un zumo o un batido verde. Como he mencionado anteriormente, la clave está en el contenido de azúcar. Cuanto más verde sea la preparación, más ligera será. Más fruta significa más azúcar. A estas alturas del libro, seguramente ya tienes claro este concepto. Si tu objetivo es mantener tu peso, los elixires son una excelente opción. En cambio, si buscas aumentar de peso, puedes optar por licuados que incluyan grasas saludables, proteínas y frutas más dulces. En resumen, sea cual sea tu meta, los zumos y batidos son adecuados para ti. ¡Son geniales! Además, recuerda que cuanto mejor sea tu alimentación, menos antojos de azúcar tendrás y menos aumentarás de peso. ¡Deja de contar calorías! ¡Reemplaza los postres, el pan, las pastas, la pizza, el alcohol y las gaseosas por mis elixires!

► Tengo cálculos renales, ¿puedo comer hojas verdes?

Las hojas de espinaca, kale, acelga y remolacha crudas contienen una cantidad elevada de oxalatos, por lo que las personas propensas a desarrollar cálculos renales de oxalato deben limitar su consumo crudo o cocinarlas en abundante agua, la cual debe ser luego descartada. Además, un consumo elevado de oxalatos puede reducir la absorción de minerales como el calcio, el hierro, el magnesio, el cobre y el zinc. Por ello, es recomendable variar las hojas verdes que utilizamos en nuestros zumos y batidos. Sin embargo, es importante recordar que, para la mayoría de las personas, incluir hojas verdes en la dieta tiene más beneficios que desventajas. Como siempre menciono: en asuntos de salud, la moderación es clave.

► Si tengo cáncer, ¿puedo tomar elixires?

Incorporar estos zumos en tu proceso de sanación es una excelente idea. Es MUY importante que te asegures de utilizar ingredientes con bajo índice glucémico al prepararlos, para no alimentar a esas células rebeldes y evitar sobrecargar tu cuerpo. Si estás sometido/a a quimioterapia, es fundamental que laves muy bien todos los ingredientes (como indico en la pregunta número 4) para evitar la presencia de microorganismos. Durante este período, te recomiendo que prepares los zumos en casa para garantizar la limpieza adecuada de todos los componentes. Si tienes dudas, te sugiero que consultes con un nutricionista especializado en este tipo de alimentación. Personalmente, yo lo hice porque mis médicos tradicionales no podían responder a todas mis preguntas.

¡Ten cuidado con los yuyos y las hierbas! ¡Son muy potentes! ¡No todas son adecuadas para ti en este momento!

► Tengo diabetes, ¿puedo tomar elixires?

¡Sí, puedes! De hecho, hay diabéticos tipo 2 que han logrado revertir su condición con dietas estrictas que incluyen zumos verdes y actividad física. Pero es MUY importante que elijas los ingredientes cuidando el índice glucémico y evitando los endulzantes. ¡Ese es tu foco! Los zumos, como ya te conté, no conservan la fibra. Así que, si te descuidas y les añades mucha fruta, te pueden provocar un aumento brusco de la glucemia. ¡Ojo! En cambio, en los licuados, al conservarse la fibra, se ralentiza la absorción de los azúcares. Además, si a tus preparados les agregas alguna grasa saludable, como frutos secos, semillas o aceites, estos cumplen la misma función de ralentizar la absorción. Tu fuerte son las hojas verdes, el pepino, el apio, el brócoli, el repollo, los frutos rojos, el limón, el pomelo, la lima, la manzana verde, la pera y el jengibre. Eso sí, muchos vegetales y UNA fruta que no esté muy madura (porque la fruta madura tiene mayor cantidad de azúcares). Cuando los haces totalmente verdes, puedes añadirles un poquito de stevia o xilitol para endulzarlos. De todas maneras, y como siempre te digo, cuando tienes alguna condición especial es importante que lo consultes con tu médico.

► Si tienes alteraciones gastrointestinales o si simplemente no estás acostumbrada a consumir grandes cantidades de frutas y verduras crudas…

Puede que te convenga empezar con los zumos y, una vez que tu sistema digestivo se vaya sanando y acostumbrando, poco a poco ir probando la tolerancia a los preparados con más fibra, como son los licuados, las sopas o los bowls.

► ¿Qué hago cuando estoy de viaje?

Antes que nada, ¡disfrutar! Te cuento lo que hago yo. Me llevo espirulina en polvo y se la añado al zumo natural que encuentro, puede ser de pomelo, de naranja o verde. También llevo mi frasco de aloe vera bebible. Si en el lugar a donde voy no hay zumos verdes, como muchas ensaladas y frutas crudas. Eso ya está bien. No tiro la toalla porque estoy tan acostumbrada a mi dieta, que si me descontrolo la paso mal. Puede ser que coma algunas cosas distintas, pero no negocio con los lácteos, por ejemplo. Siempre busco el mal menor. Esto quiere decir que si en el menú solo hay harinas, carnes, lácteos y azúcar, por ejemplo, yo elijo una superensalada y una tortilla de papas, o las guarniciones, o un risotto con vegetales (sin queso ni manteca). También suelo contarle al camarero, con cariño y actitud para que me ayude, que no como esto, ni esto, ni esto, ni esto, mientras me mira con cara encubierta de: “Uy, qué plomo esta mina”. También pido pasta sin gluten. Empieza a haber en muchos lugares. En Estados Unidos hay en todos lados. Y pizza vegana también. Todo lo que vayamos haciendo para lograr cambios es muy importante. ¡Yo me las arreglo! No someto a mi marido a los restaurantes veganos o vegetarianos porque no le gustan. Cada vez que le pone garra y me acompaña, termina sin comer. ¡Los odia! Que no le falte la milanesa. Otra cosa que hago es buscar en dónde me voy a abastecer de mis zumos o licuados, y si me voy en auto, me llevo la batidora o la licuadora. También viajo con mis frutos secos, frutas deshidratadas y alguna manzana en el bolso de mano. No me puede faltar mi stevia en la cartera. Y por encima de todo, pide con amor, que te van a ayudar a comer lo que necesitas. ¡Ah! Si vas en avión, pide menú vegano. ¡Buen viaje!